PLANO INESPERADO, Elian Chali en Museo Moderno

Museo de Arte Moderno de Buenos Aires I Diciembre 2020 I Intervención en la fachada.

Bien. Ya tenemos muro;

hay que mirarlo, ahora,

imaginar la casa.

Fabio Morábito[1]

Las paredes se alzan al ras del suelo; son caras de un cuerpo mayor que sostiene aquello que nos protege de la intemperie. También pueden funcionar como fronteras que dividen el adentro del afuera y acumular en sus capas el tiempo y guardar memorias de la vida pública, social y política de una comunidad. Muros nuevos e históricos, pequeños o robustos, cada superficie se presenta de frente y de perfil, y esa realidad no está exenta de misterios. Es posible que, súbitamente, una nueva dimensión se abra ante nosotros.

Invitado por el Museo Moderno a desarrollar un proyecto específico para repensar la fachada del edificio, el artista argentino Elián Chali (Córdoba, 1988) propone una pintura mural y, sorpresivamente, construye un nuevo espacio en el museo. Olas rojas, amarillas y verdes a lo largo de 330 metros cuadrados hacen aparecer un plano inesperado que, curiosamente, siempre estuvo allí. Con su construcción característica de imágenes geométricas, mínimos recursos de diseño y colores primarios, este gran artista proyecta nuevas luces sobre una superficie que hasta entonces estaba en sombras.

Chali se lanza a transformar edificios patrimoniales y se pregunta sobre su vitalidad y vigor. Su práctica recoge la tradición del arte urbano, como el grafitti, al que incorpora en su necesidad de expresar visualmente un cuestionamiento hacia la autoridad que detenta la narrativa histórica oficial, muchas veces encarnada en los muros de los edificios públicos. Sus obras se proponen interrumpir la linealidad del tiempo y modificar la estabilidad de la apariencia en aquellas construcciones que el devenir de la historia pareciera endurecer. Sin embargo, el artista lo hace con una visualidad inocente y festiva, de modo que su intervención política no asume el canon gráfico de la protesta. Su marca personalísima se desplaza por las ciudades con el fin de ofrecer experiencias de color a escala monumental, creando planos, reflejos y rebotes que envuelven por igual los cuerpos y las cosas. La enorme escala de sus trabajos manifiesta su impostergable necesidad de intervenir y problematizar los íconos urbanos y, con ellos, las voces dominantes de las ciudades. Chali tensiona esas relaciones de fuerza elastizando las narrativas arquitectónicas, en especial aquellas que organizan con rigidez –hasta la exclusión– nuestras experiencias comunitarias. Con Chali, el edificio del Museo Moderno cambia temporalmente su perfil más visible y, ante la inclemencia de los tiempos que corren, se abre al barrio de San Telmo extendiendo su rol social. El artista propone suavizar los límites, facilitar el encuentro y celebrar el juego. Acaso sea su manera de crear amparo.

En sus diversos frentes de acción, la calle, los muros, las instituciones y el activismo disca –que nuclea a identidades y corporalidades con diversidad funcional y/o discapacidad–, Chali disputa el poder que organiza lo sensible. En su avanzada ha elegido con audacia los recursos que amplifican su fuerza, su urgencia y sus convicciones. Como una marea de energía, los colores primarios estallan y hacen oscilar todo a su alrededor; la abstracción ablanda los planos y la geometría organiza el torrente. La obra de Chali desafía la gravedad de los tiempos actuales y nos recuerda que el arte desata una pulsión vital necesaria para recuperar la confianza entre las instituciones y las comunidades. Plano inesperado, en el Museo Moderno, es una invitación a imaginar ciudades vibrantes que puedan redistribuir más generosamente los modos de estar y de compartir el espacio público.

[1] Fragmento del poema “Seis lagartijas”, en La ola que regresa. Poesía reunida, México, Fondo de Cultura Económica, 2006.

Ph. Jorge Minio

Unexpected Plane, Elian Chali

Curated by Carla Barbero

Walls rise up from the ground; they’re the faces of a large body, providing support and shelter from the elements.
They also serve as borders between outside and in, ones that enclose time in their layers, storing memories of the public, social and political life of a community. Walls both new and ancient, thin and thick, are surfaces with a face and profile, realities not devoid of mystery. They always contain the possibility that a new dimension might suddenly appear before us.

Having been invited by the Museo Moderno to re-conceive the façade of its main building, the Argentine artist Elián Chali (Córdoba, 1988) suggested a mural and, surprisingly, a new space emerges for the museum. Red, yellow and green waves flow across the 330 square metre área to open up an unexpected plane that, interestingly, was always there. With his distinctive combination of geometric imagery, minimal design and primary colours, this brilliant artist shines a new light on a surface that had been in shadow.

Chali’s art sets out to transform historical buildings, exploring their vitality and vigour. His practice draws on the tradition of urban art such as graffiti, which shapes his need to visually express rebellion against authority and undermine the official narratives that are often embodied by the walls of public buildings. His works seek to interrupt linear time, shaking up the apparent stability of constructions that only seem to grow more solid with each passing year. To do so, the artist employs an innocent, festive aesthetic that ensures that its political aspects don’t fall in the traditional canon of graphic protest. He takes his unique technique from city to city, providing experiences on the monumental scale, creating planes, reflections and reverberations that envelop bodies and things. The enormous scale of his artworks is a manifestation of his urgent need to challenge urban icons and thus the dominant voices of cities. Chali questions relationships of power by freeing up architectural narratives, especially those so rigid that they are in danger of excluding our community experience. With Chali, the Museo Moderno building
is temporarily changing its most visible profile and, in these difficult times, opens itself up to the San Telmo neighbourhood, expanding its role in society. The artist is looking to soften boundaries, facilitate coming together and celebrate playfulness. It may be his way of offering succour.

In his different areas of activity, streets, walls, institutions and disca activism – which encompasses an inclusive range of identities, corporalities and abilities – Chali rebels against

the established order of sensibility. Along the way he has made audacious choices about
resources that amplify his works’ strength, urgency and conviction. Like a tide of energy, primary colours explode, making everything around them tremble: abstraction softens planes, geometry channels the flow. Chali’s work defies the gravity of contemporary issues and reminds us that art can unlock the vital impetus we need to restore trust in institutions and communities. Unexpected Plane, at the Museo Moderno, is an invitation to imagine vibrant cities where ways of being in and sharing public space are distributed more generously.