LA MULTITUD AGAZAPADA, El Pelele en CCR

Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, marzo 2024

Desde la pintura, la performance, la poesía hasta la práctica audiovisual, El Pelele (Deán Funes, 1993) irrumpe con una presencia solitaria que oscila entre lo monstruoso y lo romántico. Artista multifacético, dominado por fuerzas nocturnas, ha traficado estéticas entre analógicas y digitales desde 2014. Inspirado en un muñeco de trapo y objeto de burla que fuera protagonista de un juego popular del siglo XVIII, y que quedó inmortalizado por Francisco de Goya en una pintura homónima.
Utilizando materiales sintéticos, otros descartados y texturas de fantasía, la obra de este artista encarna y proyecta subjetividades escurridizas. Desde la lejanía de una diosa hasta la ternura del monstruo, El Pelele genera ambientes dotados de una suerte de decadentismo queer, invitándonos a convivir con sus criaturas en medio de climas que tienen tanto de fiesta como de drama. Confía en el ritual y ofrece una variedad de entidades como médiums para sus experiencias sentimentales. Avatar, artista-personaje, El Pelele se presenta como un espejismo inestable.
En La multitud agazapada, su cuarta exposición individual, se reúnen sus últimas pinturas. Una serie de retratos y de escenas íntimas, más o menos evanescentes, flotan en la sala. Sin embargo, para sumergirse por completo, el público debe aceptar el pacto: atravesar los telones que separan la realidad de esta ficción.

PH Santiago Benitez


The crouching crowd

By El Pelele

Curated by Carla Barbero

From painting, performance, poetry to audiovisual practice, El Pelele (Deán Funes, 1993) bursts with a solitary presence that oscillates between the monstrous and the romantic. A multifaceted artist, dominated by nocturnal forces, he has trafficked with aesthetics between the analog and the digital since 2014. Inspired by a rag doll and object of mockery that was the protagonist of a popular 18th century game, and was immortalized by Francisco de Goya in a painting of the same name.
Using synthetic materials, other discarded materials and fantasy textures, the work of this artist embodies and projects elusive subjectivities. From the remoteness of a goddess to the tenderness of a monster, El Pelele generates environments endowed with a kind of queer decadence, inviting us to coexist with her creatures amid climates that are as much celebration as drama. He relies on ritual and offers a variety of entities as supports for his sentimental experiences. Avatar, artist-character, El Pelele presents himself as an unstable mirage.
In The crouching crowd, his fourth solo exhibition, his latest paintings are brought together. A series of portraits and intimate scenes, more or less evanescent, float in the room. However, to become completely immersed, the public must accept the pact: to cross the curtains that separate reality from this fiction.