Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, noviembre 2024
Roxana Ramos (1978, Cafayate, Salta) es una artista clave en la escena cultural contemporánea del noroeste argentino. Su recorrido de más de dos décadas abarca la práctica artística, la docencia y la gestión cultural con la que ha contribuido, junto con sus colegas, a dinamizar el medio ambiente salteño. En su primera exposición individual en Buenos Aires, el Recoleta presenta una selección de obras recientes que exploran la memoria de los oficios familiares vinculados a la panadería. A través de una serie de video performances, dibujos y esculturas, esta muestra concentra una particularidad de su poética: la estrecha conexión entre el cuerpo y el territorio a través de mínimas acciones. Roxana explora las herencias físicas del oficio con la manipulación de viejas herramientas, y con el desempeño de fuerzas y resistencias en el paisaje que operan en un sentido tanto personal como social.
En la exposición se incluye una serie de dibujos realizados mediante una pica —un instrumento de aspecto medieval utilizado para amasar— y papel carbónico. Estos revelan una abstracción espontánea y progresiva, una transición desde lo concreto a lo abstracto por vías del contacto. Por otro lado, entre el hallazgo histórico y la afectividad de lo familiar, se presentan unas esculturas de más de seis metros de madera entera que tienen en sus extremos la forma de prismas en las que se pueden encastrar las palas de los viejos hornos de pan, aquellos que funcionaban a carbón y tenían el tamaño de un departamento.
Finalmente, los videos expanden esta exploración hacia el paisaje andino, donde la artista interviene con gestos mínimos, casi rituales. En sus performances dibuja el contorno de las montañas, tamiza un médano o rastrilla el desierto. Como en el año 2022, en Atacama, Chile, con el volcán Licancabur de fondo, donde desarrolló una serie de experiencias de campo. Allí vemos a la artista palear arcilla, la que se dispersa y cae al suelo una y otra vez como lluvia seca, ¿acaso así serán las precipitaciones en el futuro próximo? Un suceso mínimo en el medio de un sitio de incalculable riqueza. Ella con una pala y un tridente señala, al mismo tiempo, un enclave histórico y un commodity, una reserva mundial de litio. En la obra de Roxana resuena un tipo de práctica autoconsciente propia del arte conceptual de los años setenta, aquel de recursos austeros, cargado de simbolismos y porte heroico. Sus imágenes crecen, paradójicamente, cuanto más volátiles son.




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Biographical Sketch
Roxana Ramos
Curator: Carla Barbero
Roxana Ramos (1978, Cafayate, Salta) is a leading figure on the art scene of the Argentine northwest. Over a career spanning more than two decades, she has been an artist, teacher and cultural organizer, helping in partnership with her colleagues to energize the Salteño art scene. For her first solo exhibition in Buenos Aires, the Centro Cultural Recoleta is presenting a selection of recent works that explore her memories of family crafts related to baking. Through a series of video performances, drawings and sculptures, this exhibition focuses on a distinctive aspect of her poetic: the close connection between the body and the territory established through subtle actions. Roxana explores the physical inheritance of the trade through her interaction with old tools and the landscape, measuring degrees of force and resistance in both social and personal terms.
The exhibition includes a series of drawings made with a pica – a mediaeval tool used to knead dough – and carbon paper. The result is spontaneous, progressive abstraction, a transition from the concrete to the abstract through touch. In addition, several wooden sculptures, over six metres high, express both historical and familial themes, with prisms at the ends embedded with paddles from old bread ovens, the kind that were fired by coal and were the size of a flat.
Finally, the videos project these themes onto the Andean landscape where the artist makes subtle, almost ritual interventions. In her performances, she draws the outlines of mountains, sifts through swamps and rakes the desert. For instance, in 2022, she worked in the field in Atacama, Chile, with the Licancabur Volcano in the background. There, we see the artist shovel clay, breaking it up and scattering it to the ground like dry rain. Might this be the rain of the near future? An insignificant action in a place of unfathomable richness. She also uses a shovel and a trident to draw attention to a historical community and a commodity, one of the world’s largest lithium reserves. Roxana’s work consciously casts an eye back to the conceptual art of the seventies, in which humble mediums were employed to great symbolic and heroic effect. Paradoxically, the more volatile her images are, the more they grow.